¿es posible minimizar los riesgos de tu empresa?

Si formas parte de la gestión de una empresa o industria, debes saber que así como hay situaciones beneficiosas, también se presentan los riesgos que pueden entorpecer el desarrollo a corto,

mediano o largo plazo; éstos forman parte fundamental, y claro, las acciones que tomes al respecto para que la compañía vaya en declive. Los seres humanos hemos padecido de estas

situaciones desde pequeños. Un riesgo es en sí la probabilidad de que suceda un evento con resultados negativos, por ejemplo, la probabilidad de enfermarnos al exponernos a la lluvia es

alta, la clave entonces estaría en CÓMO LO ENFRENTAMOS, ¿nos queremos enfermar?, ¿qué es lo que podemos hacer para evitarlo? Más adelante se hablará de formas de minimizar este estado. Por

otro lado, además de estar expuestos a amenazas personales, también puede suceder en la industria que manejamos, lo anterior porque dependiendo de lo que pasa dentro y fuera de la compañía,

puede o no encaminarnos a un resultado que no esperábamos. Los riesgos empresariales, como ya se mencionó, dependen de factores que, si bien no todos están en nuestras manos resolver, será

importante analizar y ver más allá de las puertas de tu oficina para decidir si ‘_te quieres enfermar’_. Algunos aspectos que influyen directa o indirectamente en toma de decisiones y

acciones son las siguientes: Además, aspectos contextuales como los socioculturales, políticos, TECNOLÓGICOS, entre otros, pueden representar ventajas pero también amenazas para la misma. Un

buen ejercicio es detectar o estudiar qué es lo que te rodea directamente y hacerte la pregunta: ¿qué podría mejorar? y ¿qué acciones inmediatas puedo tomar en caso de que mis clientes

elijan ya no recibir algún producto o servicio de mi parte? Cuando se logra tener una visión amplia de todos estos factores, se puede evitar cerrar las empresas antes de cumplir un

aniversario porque tristemente muchas de ellas no logran llegar a la meta; podría ser una mala planeación o resistencia al cambio por miedo a obtener más frutos de los que ya se han

cosechado. > No se trata de invertir mucho tiempo en tratar de descifrar el > futuro, pero sí en pensar las probabilidades de cambios repentinos. Por ejemplo, si sabes que tu compañía

puede sufrir un colapso de tareas a tal grado que se genere un cuello de botella, lo ideal es tomar en cuenta la contratación de más personal; si grupos de la sociedad adoptan hábitos de

consumo distintos Y SOBRE TODO INTERESES NUEVOS, podrías cambiar un poco tu core de negocio a ese grupo que, además de satisfacer tus necesidades, te creas retos que tal vez no pensaste

alcanzar. SI ESTÁS INICIANDO CON UNA EMPRESA O NO, SERÁ VÁLIDO QUE TE HAGAS ESTE TIPO DE PREGUNTAS: ¿En qué es más probable que falle? ¿Qué recursos inmediatos tengo o puedo adquirir para

una crisis? ¿Tengo competencia directa e indirecta?, ¿Qué hacen que yo no esté implementando? ¿Satisfago 100% las necesidades de mi público objetivo? ¿Existe congruencia entre lo que digo y

lo que hago? NADA ES DEL TODO INESPERADO, pero un buen plan, no te vendría mal.