Los tres nuevos 'enemigos del alma' | la verdad

Ignoro si en el actual catecismo continúan vigentes los tres 'enemigos del alma' que nos inculcaron en la infancia. A saber: el mundo, el demonio ... y la carne. Por mundo se

entendía el dinero, la buena vida, las diversiones, la fama y los honores. El demonio era el ángel caído que se dedicaba a tentar a los débiles para que sucumbieran ante el mundo terrenal y

a la carne. Y esta última era el sexo, considerado como fin en sí mismo. Pues para uno de nuestros ministros (afortunadamente, al frente del departamento más inútil), el trío de los enemigos

espirituales sigue en vigor, pero actualizado. Alberto Garzón no solo es el único ministro comunista de Europa (Yolanda Díaz ocupa ese honor en el lado femenino), sino que alardea de ello.

Afirma que una ideología que lleva un siglo sembrando el planeta de tiranías todavía tiene mucho que decir. Como que Cuba es un país cuyo modelo de consumo es sostenible (no se rían) o que

se puede ser comunista y tener un iPhone (y sueldazo, coche oficial y dacha). Insiste en que el consumo de carne, azúcar y helados perjudica a la salud y al planeta, que el juego de azar

envilece y que los empresarios son explotadores y se enriquecen a costa de los consumidores. Se ve que los ciudadanos somos unos niños. Su moderno demonio es el «fascismo»; es decir,

partidos y ciudadanos que no opinan como él y osan discrepar. Es curioso que esos 'otros' defiendan la Constitución y la propiedad, busquen prosperar, sean liberales

('ergo' tolerantes) y carezcan de una trayectoria histórica poco edificante (desde checas y purgas hasta los atentados del FRAP y del GRAPO). Y, por supuesto, está la carne. Para

Garzón, la prostitución es un grado extremo de violencia machista y se muestra partidario de cerrar locales de alterne y prostíbulos, así como censurar cualquier publicidad que incite a la

más mínima lascivia (ignora que el marketing siempre se basa en deseos). Tanto Alberto Garzón como Yolanda Díaz son los únicos ministros del continente europeo que se autoproclaman

comunistas. Son nuestra reserva espiritual. ¿Les suena de algo?