«a los segundos de salir del coche cayó una cornisa encima; he vuelto a nacer» | ideal

Elisabeth dejó su Seat blanco aparcado en la calle Rioja de Maracena y salió del coche. Tenía que pagar la factura de una reforma y ... su mente estaba centrada en llegar al negocio lo antes

posible. Caminó unos pasos y escuchó el «boom». El ruido fue «tremendo». Giró la cabeza y no daba crédito. La cornisa del balcón del primer piso se había desprendido. Los escombros habían

destrozado parte de su vehículo. Era especialmente escandalosa la parte del conductor, por donde ella había salido unos segundos antes. «He vuelto a nacer, me hubiera aplastado», confiesa.

De aquello han pasado ya unos días, pero el susto permanece en el cuerpo. Cada vez que sale a la calle lo rememora. «Pienso constantemente en mis dos hijos, se hubieran quedado sin madre»,

comenta. Recuerda lo vivido como «un espectáculo». «Eran rocas que podían haber caído sobre mí. Fue tremendo, la Policía Local de Maracena tuvo que relajarme. Ellos también me dijeron que

había vuelto a nacer», detalla. La zona ha quedado acotada. Los daños del vehículo están valorados en unos 3.000 euros. La puerta del conductor se rompió y hay que cambiarla entera, así como

el cristal y el espejo. Ahora se encuentra inmersa en el papeleo de los seguros. Sin embargo, lo material es lo que menos le importa. A su mente, como a la del resto de vecinos, volvió el

recuerdo amargo de lo ocurrido a Paola, la joven de 25 años que murió hace justo tres años en Maracena tras caerle una cornisa, de hecho, muy cerca de allí. «La gente se ha rebotado y

algunos caminan con miedo debajo de los balcones, todos hemos revivido aquel suceso tan traumático. Además, ella falleció por un trozo que era mucho más pequeño del que cayó sobre mi coche,

así que me hubiera ocurrido lo mismo», apostilla. Elizabeth Pérez espera que lo sucedido sea un nuevo punto de inflexión. Reclama a todas las comunidades de propietarios que revisen el

estado de sus fachadas, ya que están «en la obligación de realizar el mantenimiento». Por otro lado, insta al Ayuntamiento de Maracena a estar pendiente del tema y vigilar el estado de los

bloques. «Si la comunidad no lo arregla que lo haga el consistorio y pase la factura, hay que hacer presión entre todos para proteger al ciudadano», insiste. LAS CAUSAS Preguntado por esta

cuestión, el Ayuntamiento de Maracena explica que la vivienda afectada tiene una antigüedad de 41 años, según el catastro, y desde el exterior «no se apreciaron las deficiencias

estructurales que tenía el balcón», que provocaron el desprendimiento de parte de la losa. La rotura fue de tipo frágil, causada por la falta de armadura, un defecto de ejecución ocurrido

durante la construcción, «un vicio oculto no visible». «Con el paso del tiempo y la exposición a la lluvia el acero interior se oxidó, aumentó su volumen y terminó provocando el

desprendimiento», apunta. Los técnicos municipales se desplazaron al lugar para evaluar el estado del edificio y los riesgos. Tras la inspección, notificaron a la propietaria del inmueble la

obligación de acometer las reparaciones necesarias, «ya que son los propietarios quienes deben garantizar el mantenimiento y seguridad de sus viviendas». La dueña ya está acometiendo las

obras necesarias. Por otro lado, el consistorio ha informado a IDEAL de que está trabajando en la elaboración de una ordenanza municipal de Informe de Evaluación de Edificios. Aunque la

normativa estatal establece la revisión obligatoria de las edificaciones a partir de los 50 años, en Maracena se va a adelantar este plazo a los 40 años, «y también se requerirán

inspecciones en aquellos inmuebles y zonas que presenten indicios de posibles deficiencias estructurales». Asimismo, recuerda que han reforzado el área de Urbanismo con el objetivo de

mejorar la vigilancia, con la incorporación de un arquitecto y un inspector de obras adicionales al equipo técnico ya existente.