Hacienda multa a receptores de ayudas no declaradas para mejora de vivienda | ideal

Miguel Allende Lunes, 18 de mayo 2015, 01:09 La campaña del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) no ha podido tener peor comienzo para cuantos contribuyentes granadinos se han

olvidado de incluir en sus papeles las subvenciones que obtuvieron de la Junta de Andalucía para la mejora y eficiencia energética de sus viviendas. Unas ayudas que llegaban, en

determinados supuestos, al 90% del coste total de todas las actuaciones. Es decir, las que contemplaron desde la renovación e instalación de ventanas, elementos de protección solar y

sombreado, el cerramiento o acristalamiento de terrazas ya techadas, hasta instalaciones de renovables o el cambio de termos. Tan solo el Programa de Subvenciones para el Desarrollo

Energético de Andalucía, Andalucía+, ha supuesto desde su puesta en marcha en 2009 y hasta comienzos del presente año, un total de 9.703 actuaciones para otros tantos beneficiarios, que han

movilizado unos incentivos públicos de más de 24 millones de euros. A estas cifras hay que añadir las del presente ejercicio las peticiones se cierran en junio más otros programas de menor

alcance pero con el mismo objetivo. Con seguridad superarán los 10.000 beneficiarios en estos seis últimos años. Según ha podido conocer este periódico, la Delegación Especial de la Agencia

Tributaria (AEAT) en Andalucía ha solicitado a la Junta información detallada de todas las ayudas que ha concedido con los fines antes mencionados y sus destinatarios. Y una vez ha obtenido

la misma, la ha facilitado a sus delegaciones de las ocho provincias. A partir de ese momento y con las declaraciones del IRPF en su poder, ha emitido requerimientos a los perceptores de

esas ayudas para que aporten las cantidades que realmente tuvieron que haber declarado. «Se trata de ganancias patrimoniales que van a la base general del impuesto», señala José María

Mollinedo, secretario general del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Ghesta). Efecto devastador Al añadir cantidades como 5.000, 7.000 o 10.000 euros en concepto de las ayudas recibidas, el

efecto resulta devastador en la declaración del IRPF de los afectados. Ni que decir tiene si la ha recibido en más de una ocasión. En Andalucía, con tipos impositivos del 24,75% para el

primer tramo de rentas hasta 17.707 euros y del 30% para las que llegan a los 33.007 euros, el efecto de estas ayudas se deja notar y de qué modo. Según la información de Gestha, para una

ayuda de 10.000 euros, que el contribuyente no ha declarado, el monto máximo a pagar será de 3.925 euros. Esta cantidad incluye no solo la cuota resultante sino también los intereses

aplicados por Hacienda, así como la sanción correspondiente. Si la subvención hubiese sido de 7.500 euros, el sablazo al contribuyente alcanzaría los 2.943 euros. «Lo lógico es que si un

contribuyente es beneficiario de una subvención de la Junta, se le descontara de su importe la parte correspondiente a la cuota que le exigirá Hacienda y evite después sanciones e

intereses», afirma Mollinedo. Falta información En similares términos a los del secretario general de Gestha se pronuncia el presidente del Colegio de titulados Mercantiles. Para Miguel

Romero, la mayor parte de los contribuyentes no conocen que la subvención debe incluirse en el IRPF y en consecuencia, está sujeta a tributación. «Al ser una ganancia generada en un único

ejercicio, puede llegar a pagar hasta el 56%», explica. Para evitar lo anterior, este experto coincide con el anterior y propone que la ayuda de la Junta tendría que estar exenta de

tributación aunque su importe neto el que recibe el beneficiario fuese inferior. Desde el Colegio de Titulados Mercantiles se advierte que es preciso tener en cuenta que si los fondos con

los que se paga la subvención proceden de la comunidad autónoma, cuando el contribuyente los declara y paga los impuestos, estos retornan de nuevo a la Administración, en este caso la

andaluza. Pero no sólo a la misma comunidad autónoma que los pagó sino también en parte al Estado, ya que el IRPF recaudado se reparte entre ambos (en Andalucía al 50%). Igual ocurre con las

de procedencia estatal pero al contrario. «Existen subvenciones, por ejemplo las de las ventanas, que pueden llegar a importes muy elevados, y por tanto pueden recaer en destinatarios con

alto poder adquisitivo, quizás personas que realmente no necesitarían que se les subvencionara», explica Romero. A todo ello hay que añadir que la práctica totalidad de las ayudas concedidas

por la Junta para la rehabilitación y mejora energética de los hogares quien las cobra directamente, es la empresa acreditada para llevar a cabo las obras. El propietario no recibe

directamente el dinero, sino que su constructor le descuenta de la factura el importe subvencionado. Por este motivo se puede dar el caso que «cuando llegue el momento de rendir cuentas ante

Hacienda por haber recibido estas ayudas, el beneficiario no tenga dinero para hacer frente al IRPF», apostilla Romero. Reporta un error