Lorca y kuitca, frente a frente | ideal

Nunca se sabe qué repercusión puede tener la obra de Lorca en algún rincón del orbe. Los que el fuenterino visitó a lo largo de ... su vida –especialmente Argentina– dejaron una huella en su

alma tan profunda como la que dejó su paso. En Buenos Aires aún se sigue buscando –infructuosamente– la voz del poeta. Cada cual la imagina a su manera. A veces es un susurro. Otras, un

grito que llama la atención contra la injusticia. Una de las 'víctimas' de esta voz de Federico fue el artista plástico porteño Guillemo Kuitca (1961), quien inauguró junto a la

alcaldesa, Marifrán Carazo, y Laura García Lorca la exposición 'Vals en las ramas' en la mañana de ayer. Esta, según su catálogo, tiene su origen en la conversación que abre

Federico García Lorca a través del teatro, la poesía y el dibujo y que Guillermo Kuitca recoge e incorpora a su propio lenguaje. Es también, añaden, una conversación con el siglo XX que

diluye generaciones, fronteras y disciplinas artísticas. Se trata de una muestra dedicada a la imagen poética en todas sus formas. Al fin y al cabo, la poesía no alcanza su plenitud

expresiva si no tiene la capacidad de generar imágenes, y estas son, en cada lector, la máxima manifestación de su libertad. El nombre de la exposición viene del poema homónimo de

'Poeta en Nueva York', y vuelve a mostrar una parte del inmenso acervo documental que conserva el Centro Lorca. En la muestra, que permanecerá abierta hasta el 13 de octubre, se

muestran un buen número de manuscritos de obras como 'Diván del Tamarit', 'La casa de Bernarda Alba' y 'Sonetos', además de una interesante panoplia de dibujos

hechos por el fuenterino. Así, es posible establecer cierta conexión conceptual entre las obras lorquianas y las de Kuitca. Les unen, según los organizadores, temas comunes como el mundo de

la infancia, la persecución política, la religión, el teatro, los traumas colectivos y personales y el deseo. Sobre la relevancia de 'Vals en las ramas' da buena cuenta el hecho de

que su primera exhibición tuvo lugar en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara (FIL) 2024, con España como país Invitado de Honor, y sin salir de México, pudo ser visitada en el

Museo de Arte de Zapopan del 28 de noviembre de 2024 al 23 de marzo de este mismo año. Precisamente, la directora de este centro cultural mexicano, Viviana Kuri, ha acudido a Granada para

acompañar a la muestra, cuya comisaria es la también porteña Sonia Becce. Fue la propia Laura García Lorca la que, tras la intervención de los responsables institucionales, introdujo la

visita con la autodedicatoria que se regaló el poeta, y que está en la exposición: «A mi queridísimo Federico García Lorca, único que me conoce...» A partir de aquí, cualquier acercamiento a

la obra del fuenterino con el fin de desentrañar su misterio podría parecer vano, casi una superchería. Por eso, emocionó –visiblemente– a la presidenta de la Fundación que gestiona el

legado de su tío abuelo el trabajo de Kuitca, de quien dijo que desde muy joven «estaba en él dar forma al 'balbuceo' del que hablaba María Zambrano, ese estar a punto de entender,

de ver». Yañadió: «En la idea de juntar a estos dos artistas, más allá de dar cuenta de la huella de Lorca en el sentir y el hacer de Kuitca, podríamos imaginar que no existe una línea de

tiempo, sino un lugar desde donde mirar el misterio». DE EMOJIS A MAPAS La muestra tiene dos hemistiquios bien diferenciados en ese verso compartido por Lorca y Kuitca. En el primero, es el

poeta el protagonista, a través de manuscritos como el de 'La casa de Bernarda Alba', concluido dramáticamente, como hizo notar Laura García Lorca, el 19 de junio de 1936. El

fuenterino escribió ese 'Telón' cuando el propio telón de su vida estaba a punto de bajar, 60 días después. También han salido del legado obras tan reproducidas como

'Autorretrato de animal fabuloso abrazado' (fechado entre 1929 y 1931), como parte de una serie de imágenes propias diseñada por el poeta, y que engarzan con el

'Autorretrato' de Kuitca fechado en 2022. Otro de los dibujos canónicos de Lorca, 'Puta y Luna', del mismo periodo, se confronta con esa luna que aparece en la

interpretación de Kuitca a propósito de Yerma, fechada el año pasado. También es 'Vals en las ramas' una exhibición del drama. El que se adivina en 'El teatro de la

pintura', una escultura del artista argentino que representa una caja escénica forrada de color pictórico. O esa serie de futones que se encuentran en la sala más profunda, imprimados

con mapas aleatorios de lugares que el poeta nunca visitó y quizá el artista tampoco. Hay espacio para la celebración, con el cartel original de las 100 representaciones de 'Bodas de

sangre' en Buenos Aires, y una foto de Lorca y su estrella, Lola Membrives, quien luego también montaría una exitosa versión de 'La zapatera prodigiosa'. La opresión que vivió

Federico en Nueva York la traslada Kuitca a la Costa Oeste, en un plano de la ciudad de Los Ángeles deliberadamente oscuro y desasosegante. Este vals es un diálogo con muchas líneas

abiertas.