6 castillos y actividades geniales para disfrutar en irlanda

Desde lejos, el castillo se eleva imponente sobre la pequeña ciudad de Cashel, una magnífica amalgama de historia medieval y vida moderna. Una vez que llegas a la propiedad (hay que ascender

un poco desde un estacionamiento cercano) puedes ver millas y millas en todas las direcciones, lo que en su momento era importante para proteger los asentamientos que circundaban el

complejo y ahora ofrece unas vistas maravillosas. Cuando recorres las ruinas y te detienes en el cementerio entre la belleza agreste de las cruces celtas, la antigua historia de Irlanda

cobra vida. Fue en este lugar donde San Patricio bautizó al rey Angus en el siglo V. El castillo fue la sede de los reyes de la región de Munster durante siglos. Las entradas cuestan

alrededor de $9 para adultos y $7 para visitantes de 60 años o más.  El castillo de Cahir se construyó en el siglo 13 en una isla del río Suir. Jon Arnold Images Ltd / Alamy Stock Photo 2.

CASTILLO DE CAHIR, CAHIR, CONDADO DE TIPPERARY  El castillo de Cahir se encuentra a unas 12 millas de la Roca de Cashel, así que decidimos visitar los dos castillos en un día y contemplar

otro testimonio de la diligencia de los antiguos clanes. Esta estructura fortificada se construyó en el siglo XIII y se consideraba la más moderna, con innovadoras instalaciones defensivas

como aspilleras, ventanas verticales en forma de ranura desde donde disparar flechas, y matacanes desde donde los defensores podían arrojar líquidos o aceite caliente sobre los agresores que

se encontraban abajo. El castillo de Cahir está situado en una isla del río Suir y parece emerger de la roca, que supuestamente es una fortaleza original. En la actualidad, los cisnes

blancos se deslizan por el río cerca de una encantadora cascada, y un sendero junto al río ofrece a los visitantes un lugar para disfrutar de un agradable paseo. Las entradas cuestan

alrededor de $5.50 para adultos y $4.50 para visitantes de 60 años o más.   See more Viajes offers > El castillo de Blarney está localizado en el pueblo de Blarney, a 5 millas de la

ciudad de Cork. Fred Meier 3. CASTILLO Y JARDINES DE BLARNEY, BLARNEY, CONDADO DE CORK Ya había estado dos veces en Irlanda, y nunca había tenido oportunidad de besar la famosa piedra de

Blarney. En este viaje, eso iba a remediarse. El castillo de Blarney, a 5 millas de la ciudad de Cork, en el pueblo de Blarney, es más conocido por la piedra que se encuentra en lo alto del

castillo y que tiene una historia misteriosa y poderes míticos. Al subir la angosta escalera de piedra para llegar hasta la piedra, me imagino a las mujeres que llevaban varias faldas

superpuestas y recorrían este trayecto con alimentos y bebidas, y hombres con armaduras que llevaban armas. Sin embargo, hoy todo consiste en besar la piedra de Blarney. Para esta pequeña

hazaña es necesario tenderse de espaldas —sujetándose con fuerza a unas barras de hierro—, doblar el cuello y la cabeza hacia atrás y fruncir los labios. (Después de cada beso, las

autoridades la desinfectan). Lamentablemente, sigo esperando el don de la elocuencia que supuestamente transmite la piedra. La magnífica propiedad de 60 acres del castillo de Blarney también

ofrece acres de jardines y tres senderos señalizados para recorrerlos. Uno podría pasarse horas caminando entre las flores; eso sí, no te pierdas los jardines bien señalizados de plantas

carnívoras y venenosas. Las entradas cuestan alrededor de $22 para adultos y $17.50 para visitantes de 65 años o más.  Los visitantes pueden realizar visitas guiadas y autoguiadas por el

castillo de Kilkenny y los jardines circundantes. Larry Gatz / Alamy Stock Photo 4. CASTILLO DE KILKENNY, KILKENNY, CONDADO DE KILKENNY   Las torres del castillo se elevan en lo alto de la

“milla medieval” de esta encantadora ciudad, y en el otro extremo se puede contemplar la catedral de San Canicio. Entre ambos hay cafeterías y restaurantes modernos, la fábrica de cerveza

Smithwick's, tiendas por departamento, locales de diseño irlandés, y algunos días se organiza un mercado lleno de vendedores bajo carpas. Eso sí, sin lugar a dudas, gran parte de la

gracia de visitar Kilkenny reside en el castillo de Kilkenny, que se construyó en el siglo XIII. Cuando entras en el castillo, sientes como si retrocedieras en el tiempo mientras recorres

salones, comedores, dormitorios y habitaciones infantiles amueblados, muchos de ellos decorados con pinturas y tapices que se remontan al siglo XVIII.