¿la edad se está volviendo obsoleta?

La cultura estadounidense está llena de aforismos positivos sobre el envejecimiento: “Los 60 son los nuevos 40”, “La edad es solo un número” y otros por el estilo. Estos son buenos mensajes

para camisetas y tarjetas de felicitación, pero ¿realmente reflejan tu experiencia con el envejecimiento? Ciertamente, no reflejan la mía. Cuando hablamos de la edad —en serio, quiero

decir—, deberíamos identificarnos con un mensaje muy diferente, uno que, a su modo, es más positivo. Mejor aún: es cierto. Empecemos con algunos datos. En los últimos 100 años, la

expectativa de vida al nacer en el país ha aumentado en unos 20 años. Es cierto que esa buena noticia se ha ensombrecido bastante últimamente, ya que la pandemia de COVID y las sobredosis de

medicamentos han cobrado la vida de demasiados estadounidenses. Aun así, la expectativa de vida de un bebé nacido en EE.UU. hoy es de 77.5 años. Para los bebés nacidos en 1923, era de 57.2.

Pero espera. Si has vivido el tiempo suficiente para ser socio de AARP —y evitaste los accidentes y las enfermedades que tienden a afectar a las personas más jóvenes—, tus probabilidades de

vivir una vida buena y larga son incluso mejores que las de un bebé de un día. Según la Administración del Seguro Social, la expectativa de vida de un estadounidense moderno de 50 años es

de 80.4 años. Para las personas de 75 años, es de 86.4. Por lo tanto, olvídate de todas las frívolas conjeturas sobre qué edad corresponde a los nuevos 40 o los nuevos 30. Hablemos del gran

don que representa la mayor longevidad que las personas en el país están experimentando en este momento, en números sin precedentes, y que muchas de ellas alcanzan en buena salud. ¿Qué

podemos hacer con esos 20 o 30 años adicionales? ¿Y qué beneficios pueden aportarnos esos años? Porque esa mayor longevidad no solo significa que tenemos más tiempo para disfrutar de

nuestras vidas. Significa que tenemos más tiempo para cambiar y crecer. Como dijo una vez un hombre sabio: “El envejecimiento es un proceso extraordinario mediante el que te conviertes en la

persona que siempre deberías haber sido”. Te ahorraré el tiempo que te llevaría hacer una búsqueda en Google. Fue David Bowie.