Coronavirus: cómo cuidar a una persona mayor

También puedes despertar la creatividad para colorear, pintar, hacer álbumes de recortes, coser, tejer, hacer ganchillo, o lijar y pintar un proyecto de decoración de madera que hayas

comprado en una tienda de manualidades. Organiza y disfruta de las fotos familiares, y anota quién aparece en cada foto y el año en que se tomó. Pueden diseñar juntos un árbol genealógico 

con fotos y anécdotas. Crea un libro de cocina con todas sus recetas favoritas, y recopila recetas de todas las ramas de tu familia para incluirlas. Luego disfruten preparando juntos las

recetas, aunque tu ser querido solo pueda observar y probar la comida. Uno de mis proyectos favoritos es hacer varias actividades que estimulen los sentidos (vista, tacto, olfato, oído y

gusto) en torno a un tema. Por ejemplo, cuando llegó el momento de la cosecha de manzanas en otoño, mis padres me ayudaron a comprar manzanas para preparar y hornear una tarta. Cantamos

canciones sobre manzanas, como “In the Shade of the Old Apple Tree”, “God Didn't Make Little Green Apples” y “Don't Sit Under the Apple Tree”, comimos la tarta y vimos _Snow White

and the Seven Dwarfs_. 10. APROVECHA LA TECNOLOGÍA La tecnología es una herramienta que Terry Thomas Younker utiliza para hacer participar a su suegro. “Le pedimos a Alexa que transmita las

letras de las canciones y mi suegro las canta a coro. Así se entretiene y su mente se mantiene activa mientras lee las letras”. Además de la música, la tecnología puede permitir hacer 

videollamadas con un teléfono inteligente, una tableta, la computadora, un altavoz inteligente con pantalla de video incorporada (que suele ser lo más fácil, ya que no tienen que sostener el

teléfono) o incluso una cámara bidireccional con función de voz. Programa visitas con familiares o amigos de todas las edades y, si es necesario, lleva contigo una lista de temas de

conversación, como los que se ofrecen en las tarjetas para entablar conversaciones de AARP, Care to Talk. “Le compré a mi madre un GrandPad que le cambió la vida”, nos cuenta Michelle

Warech-Philipson. “Como vivimos en extremos opuestos del país, ahora conversamos por video casi a diario. Tan solo eso supuso un gran cambio para nosotras”. Heather hace un uso más amplio de

la tecnología al conectarse remotamente a la computadora o al celular de su madre para trabajar juntas en proyectos. “Soy una cuidadora a distancia”, señala. “Mamá vive en el sur de

California, y yo estoy en Alaska. Hablamos por Skype una vez por semana. Con frecuencia me conecto a su computadora a distancia al mismo tiempo y trabajamos juntas en un proyecto digital.

Hemos estado colaborando para poner todas las fotos de su computadora en Google Photos. Luego las examinamos una por una, ella las describe y conversamos sobre la foto. El objetivo principal

es compartir estas fotos con sus familiares y sus buenos amigos”. 11. INCLUYE ACTIVIDADES FÍSICAS Casi todos los días me llegan comentarios de cuidadores que dicen que les cuesta lograr que

sus seres queridos se muevan más. La actividad física es positiva tanto para el cerebro como para otras partes del cuerpo: hasta dos minutos de actividad física pueden ayudarte a vivir más,

así que procura que sea divertida. Combina la interacción social con el ejercicio para motivar a tus seres queridos; no te limites a decirles lo que tienen que hacer, haz ejercicio con

ellos. Invita a tus amigos o familiares a participar con ustedes (en persona o por videollamada).   En internet puedes encontrar videos de ejercicios sencillos para hacer de pie o sentado y

yoga. Escuchen música mientras caminan o hacen ejercicio; el cuerpo responde a los ritmos. Solía motivar a papá para que marchara por la casa con música de marchas militares que ponía en mi

altavoz inteligente. Para él era algo muy natural responder poniéndose en posición de firme y marchando con paso uniforme en vez de arrastrar los pies (un problema común en las personas con

demencia). Además, naturalmente, también cantaba. 12. VUELVE A LO BÁSICO Pide a tus seres queridos que te ayuden con la organización y las tareas del hogar. Barrer, quitar el polvo, trabajar

en el jardín y doblar la ropa son tareas domésticas que conocen. Cuando papá estaba inquieto, yo juntaba todas las toallitas de la casa y le pedía que las doblara. Si todavía le quedaba

energía, las sacaba de la habitación, las desordenaba y las volvía a traer como si fuera ropa “recién lavada” para que las volviera a doblar. Hacer las tareas del hogar puede tener muchos

beneficios, incluida la autoestima. Cursio comenta que a su madre le gusta doblar la ropa: “La hace sentirse independiente y conversamos mientras lo hace”. Potts dice que su madre, de 92

años, ha cosido ropa desde que era una niña. “Le encanta coser para los niños. En nuestra iglesia recolectamos regalos de Navidad para los niños con Operation Christmas Child. Este año tenía

como objetivo coser cien osos de peluche para ponerlos en las cajas de regalo en noviembre. Ya cumplió ese objetivo, y ahora se propuso hacerles cien vestidos con fundas de almohada”,

explica Sheila. “A veces tengo que enhebrarle la aguja de la máquina de coser, pero eso no importa”. Dani Jennings nos cuenta que hace participar a su madre en la preparación de las comidas.

“Ayuda a preparar la cena todas las noches cortando verduras y leyendo en voz alta el próximo paso de la receta”, señala Dani. Salir a comer también es una actividad popular. Potts lleva a

su madre a comer fuera al menos dos veces por mes: “Llevamos a una de sus amigas y le encanta”. Joanne Krause dice que a su esposo le encanta planificar la salida para hacer las compras en

el supermercado. “Desde juntar cupones hasta revisar los folletos y hacer una lista”, explica. “Una vez en el supermercado, recoge estratégicamente los productos para caminar menos. Lleva su

gorra de béisbol de Vietnam, lo que llama la atención de otros hombres que también son veteranos de esa época. La ayuda a entablar conversaciones”. Las relaciones intergeneracionales son

una de las alegrías básicas de la vida. Theresa Mobbs afirma que a su familia le resulta muy difícil lograr la participación de su esposo, ya que no puede moverse, participar ni hablar. “Lo

único que puedo hacer es invitar a la familia a comer para que puedan estar cerca de él (su mente aún sigue bien, en general). Esto es difícil para mí porque ese día no deja de necesitar

cuidados, pero es esencial para el bienestar de ambos”, explica. “Me convencí de lo importante que es esto hace poco, cuando entramos en una habitación y encontramos a mi esposo con su nieta

de 3 años a su lado, agarrada de su mano, ambos viendo tranquilamente una película de animales en la televisión”. ¿No tienes a nadie de otra generación con quien interactuar? Pregunta en

una escuela o en un centro comunitario si tienen programaintergeneracionales en tu zona; quizá incluso encuentres un programa intergeneracional virtual.