Desmitificamos la realidad virtual, la realidad aumentada y la realidad mixta

Hace mucho tiempo, los sistemas que alteran la realidad escaparon del ámbito de ciencia ficción para convertirse en algo que los consumidores reales pueden experimentar por sí mismos. Sin

embargo, a pesar de estar en la conciencia pública durante décadas, la realidad virtual (RV), la realidad aumentada (RA) y la realidad mixta (RM) son conceptos desconocidos para muchos

adultos mayores. Estos términos siguen siendo desconcertantes incluso con los recientes lanzamientos de alto perfil de Meta Quest 3 de realidad mixta, de Meta, la empresa matriz de Facebook,

y Vision Pro, de Apple. También encontrarás la frase realidad extendida (XR), un alias que se aplica a todos los términos anteriores. Para agregar a la confusión, los fanáticos de la

ciencia ficción pueden estar familiarizados con la realidad “alternativa”, la premisa de que hay universos con diferentes líneas de tiempo coexistiendo con el nuestro. La noción ha existido

durante siglos. Algunos piensan que _Alice’s Adventures in Wonderland_, la novela infantil de Lewis Carroll publicada en 1865, introdujo la idea de una dimensión alternativa a la cultura

popular. Un episodio de 1963 de _The Twilight Zone_ llamado “The Parallel” probablemente fue la primera vez que los espectadores vieron el concepto en la televisión. Hasta ahora, la realidad

alternativa permanece en el campo de la ciencia ficción. LAS TECNOLOGÍAS NO TIENEN LÍMITES CLAROS La realidad virtual, la realidad aumentada y la realidad mixta se superponen cada vez más.

Pero el grado en que los usuarios pueden aprovechar las tecnologías para sumergirse total o parcialmente en entornos generados por computadora o de otro mundo —o para pasar de un lado a

otro— es lo que también los distingue. La manera típica de experimentar la realidad virtual, y a menudo la realidad aumentada y la realidad mixta, es usar unas gafas en el hogar. Algunas

personas las encontrarán incómodas y aislantes, y los dispositivos a menudo tienen una curva de aprendizaje, desventajas que pueden disuadir a las personas de ponerlos a prueba.