El camino de un guerrero hacia la paz y el propósito

Realmente soy más libre ahora que cuando tenía piernas. No cambiaría nada. La libertad —su definición obvia— es por lo que luchamos en Irak, Afganistán, Bosnia y Vietnam; en las dos guerras

mundiales; y en todos los demás conflictos en los que Estados Unidos ha participado. Pero para mí la libertad también significa desvincularse de la angustia, de la preocupación por el futuro

y del revivir del pasado. La libertad es estar presente. El 7 de mayo del 2007, fui gravemente herido en un ataque con un artefacto explosivo improvisado en Irak mientras mi unidad

regresaba de un servicio conmemorativo para dos soldados caídos. Cuando pierdes ambas piernas y solo tienes función en un solo brazo, es una situación en la que estás muy presente. No sabía

lo que iba a suceder: cómo sobreviviría, cómo cuidaría de mi familia, cómo podría hacer una carrera. Lo único que podía hacer era estar en el momento presente. Ocho meses después, me

encontraba junto a las bandas del campo de juego en el Super Bowl con mi hijo preadolescente. Los New York Giants habían estado teniendo dificultades, pero Mike Sullivan, mi excompañero de

West Point, me llevó para compartir mi historia con los jugadores. Pensó que podría motivarlos, ayudarlos a trabajar juntos como equipo. Ese año ganaron el Super Bowl. Más tarde obtuve un

papel en una importante película de Hollywood, Battleship, lo que fue una gran sorpresa para mí. Recibí una llamada del director Peter Berg después de haber visto una fotografía mía en

National Geographic. Hay dos cosas que mantengo cerca para recordarme que debo permanecer presente. Una de ellas es un parche diseñado por Clint WalkingStick, un artista de Oklahoma que

trabaja con la organización Has Heart. El parche de Clint dice: “Sé tu mejor yo, mantente presente y vive en paz”. No puedes ser tu mejor yo si no estás presente, y no puedes vivir en paz si

estás pensando en cómo el pasado fue injusto o cómo vas a salir adelante mañana. El otro artículo es una placa que me dio un capellán en Walter Reed, grabada con uno de mis pasajes

favoritos de las Sagradas Escrituras, Josué 1:9. “Sé fuerte y valiente. No tengas miedo; no te desanimes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas”. Ha habido dolor.

Perdí a mis padres, amigos, compañeros soldados. Mi madre murió demasiado joven, poco después de cumplir los 60 años. Le gustaba decir que yo caminaba con ángeles. Durante muchos años usé

una cruz que me dio en una cadena alrededor del cuello. Pero la cadena se rompió bajo el peso de la armadura corporal que tenía que usar en Irak y la perdí. No se lo dije. Pero no mucho

después me envió un paquete.